Apu Choquezafra

Santuarios de altura en el Apu Choquezafra

En Vilcabamba reinaron cuatro Incas, de los cuales tres recibieron allí la mascaypacha. Por ello yo supuse que tendrían que haberse celebrado rituales de capacocha que en torno al apu principal de aquel territorio sagrado, el nevado Choquezafra. Y me propuse visitar aquel misterioso nevado.

La falta de información sobre aquella apartada montaña añadía dificultades, no estaba registrada ninguna ascensión al Choquezafra y era un reto para espíritus aventureros. Y en 2008 animé a tres expertos montañeros gallegos, Rubén Suárez, Andrés Villar y Pablo Fadeville, a subir a la cumbre de aquel nevado, el más occidental de la sierra de Vilcabamba. Además de una exploración arqueológica era un reto deportivo.

Un camión nos llevó desde Huancacalle hasta la aldea de Cayara. Desde allí, con caballos y mulas, por una angosta pista de tierra superamos el abra Chucuito, a 4300 metros de altitud, uno de los cuatro pasos principales que cruzan la sierra de Vilcabamba de norte a sur, el cual nos dio acceso al valle de Arma y acampamos junto al río con tiempo para pescar y cenar truchas.

De mañana iniciamos la larga ascensión en dirección a Yanahuanca, donde hay una escuela y varias viviendas campesinas en un valle rodeado de nevados donde crece la puya Raimondi, la extraordinaria planta andina que cada siete años genera una gran flor que es la más alta del mundo.

La cadena de nevados de la sierra de Vilcabamba define dos áreas de clima muy diferente. Los territorios ubicados al norte de la cadena montañosa, reciben masas de aire húmedo procedentes de la llanura amazónica y registran lluvias muy abundantes. Allí no pueden vivir los camélidos andinos tradicionales que precisan pastos secos. Mientras que el sur de la sierra es menos lluviosa, con vegetación más escasa y pastos secos, que alimentan rebaños de llamas y alpacas.

Al oeste de la Choquetira hay una montaña alargada llamada Chontawilca, el apu femenino del Choquezafra, porque las montañas sagradas en los Andes son deidades vivas que tienen esposa o marido.

A la mañana siguiente ascendimos por una ladera con fuerte pendiente que nos llevó al valle del río Piscacocha, con amplias praderas en las que pastaban caballos y vacas. Más adelante tuvimos que desmontar para subir una pendiente muy pronunciada a nuestra izquierda, la cual nos llevó al abra de Puñacasa a 4.512 metros.

Caminando o a caballo junto a lagunas glaciares superamos varios pasos de montaña a gran altura: Cawuiñacasa, 4.397 metros. y Hatumcasa, 4.247 metros.

Proseguimos hacia el oeste pasando cerca del nacimiento del río Choquezafra, por valles de verdes pastos entre montañas rocosas con algunas casas abandonadas, subiendo hasta el abra de Cochacasa y a continuación al abra de Cochapata, a 3.747 metros de altitud, desde donde ya se contemplaba el apu Choquezafra en toda su majestad. Al mediodía acampamos a 3.600 metros de altitud en la quebrada de Yuracmayo, que significa Río Blanco. Donde el campo verde está cruzado por un alud de piedras blancas que se desprenden de una enorme grieta de cuarzo puro en la pared vertical del Choquezafra. Iniciamos los preparativos de la ascensión y las exploraciones de los próximos días. Conmovía la hermosura del paisaje, la soledad del lugar y su dramática historia.

A 4.200 metros de altitud en la cara oeste del nevado encontramos dos “ushnos” incas, plataformas ceremoniales de piedra muy próximas alineadas entre la cima del apu Choquezafra y Hatun Vilcabamba. Eran santuarios de altura, evidencias de que allí se habían realizado rituales de capacocha con el que los incas celebraban grandes ocasiones, como cuando un nuevo Inca accedía al poder y recibía la mascaipacha.

Altos dignatarios y sacerdotes caminaban hacía cada uno de los apus mas importantes realizando ofrendas rituales en plataformas construidas a lo largo de su recorrido hasta llegar cerca de la cumbre de la montaña sagrada, donde culminaba la solemne ceremonia con uno o varios sacrificios humanos que eran enterrados como ofrenda al apu. Fotografié y medí aquellos ushnos ceremoniales que no estaban registrados en el catastro arqueológico; y a continuación nos separamos en dos grupos.

Rubén, Andrés y Pablo siguieron su ascensión en busca de una vía de acceso a la cumbre del Nevado Choquezafra por la cara norte. Los tres consiguieron llegar hasta la cumbre donde les aguardaba una sorpresa. Pensábamos que nadie había escalado nunca aquella cumbre porque no constaba en ningún registro, pero en la cima había una lata con un papel que acreditaba lo contrario.

Un alemán llamado Olaf Hartmann había subido allá en el año 1968, exactamente cuarenta años y un día antes. No eran los primeros, pero habían conseguido culminar la segunda escalada al nevado. ¿Quién era aquel misterioso alpinista solitario que había dejado su nombre en una lata en la cima del Choquezafra? Hasta el momento no hemos conseguido identificarle con certeza.

Choquezafra centro de rituales de altura

En años posteriores el ministerio de cultura del Perú encontró otros restos arqueológicos en torno al nevado Choquezafra, los cuales desmuestran la gran importancia que tuvo como centros de rituales sagrados en Vilcabamba.

En 2018 al pie de la vertiente sur del Choquezafra realizaron excavaciones arqueológica en Acobamba, que fue el lugar elegido por el Inca Tito Cusi para el acto solemne de firma del tratado de paz perpetua con los españoles suscrito el 24 de agosto de 1566. Es muy significativa su ubicación bajo la protección de los apus, ya que Acobamba está entre el apu Choquezafra y su apu femenino, Chontawilca.

El autor en Acobamba ante la cara sur del apu Choquezafra

Continuando viaje hacia el oeste, cerca de Incahuasi, se puede ver la sucesión de ushnos alineados hacia la cumbre en la cuchilla principal de la vertiente oeste del Apu Choquezafra, descubiertos por arqueólogos del ministerio de cultura. Son nuevas evidencias de los rituales sagrados de altura realizados por los incas al Choquezafra como apu principal de aquel territorio y de la capital sagrada Hatun Vilcabamba.

En esta fotografía de la vertiente este del apu Choquezafra, tomada desde el ushno de Cochapata, se observa la sucesión de los ushnos identificados por el ministerio de cultura en 2018 alineados hacia la cumbre del Choquezafra. Un alineamiento ritual y sagrado que llega hasta muy cerca del ushno Rumiwasi descubierto por nosotros en 2008. Al fondo a la izquierda el apu Choquezafra, en el centro el Panta y a la derecha el apu Chontawilca.

Este alinamiento de ushnos continua hacia el este cruzando el río Apurímac con el ushno de Pumachaca al pie de las montañas de Chungui, ya en el territorio de Ayacucho.

En total cinco ushnos ceremoniales alineados entre el río Apurímac y la cumbre del nevado Choquezafra, de 5.164 m.s.n.m, reconocido y venerado como “apu principal” de una amplia zona que fue el centro político y sagrado del reino inca de Vilcabamba; la cual está plagada de restos arqueológicos pendientes de mayor investigación, con grandes valores naturales y ecológicos.

Cara sur del Apu Choquezafra desde avión Lima Cusco