Choqqueqquirao

Choqqueqquirao

Un aristócrata galo con espíritu aventurero, el vizconde Eugene de Sartiges, destinado en Lima como diplomático, publicó en 1834 la crónica de un viaje a Vilcabmba en el que visitó Choqqueqquirao y Huadquiña y regresó a Cusco por Lares. En base a su descripción de Choqqueqquirao en una elevación sobre un profundo barranco en la margen derecha del río Apurímac otro francés, Françoise Angrand, sostuvo trece años más tarde que aquella era la capital perdida del reino Inca de Vilcabamba. Opinión que prevaleció hasta que a comienzos del siglo XX el historiador peruano Carlos Alberto Romero, basándose en la crónica dictada por el Inca Tito Cussi en 1571 y en los escritos de Baltasar de Ocampo, demostró que Choqqueqquirao no podía ser Vilcabamba la Grande, ya que estaba al sur de la sierra de Vilcabamba. Mientras que para llegar a Hatun Vilcabamba sería necesario caminar más al norte para remontar el valle del río Vilcabamba e internarse entre los nevados de aquella abrupta sierra rodeada de valles selváticos, prácticamente desconocidos, a pesar de que el gobierno peruano llevaba varias décadas intentando conocer conocer mejor sus territorios selváticos con especial atención a los ríos.

Choqqueqquirao