En 1976 el cusqueño Víctor Angles Vargas inspeccionó Espíritu Pampa, por encargo del Patronato Arqueológico del Cusco, y observó que las características del lugar eran muy diferentes a las descripciones históricas de Hatun Vilcabamba. También el norteamericano Robert von Kaupp, observó contradiciones en la identificación que hizo Savoy. Pero prevaleció la opinión contraria, compartida por investigadores de prestigio nacional como Edmundo Guillén e internacional, John Hemming. Se publicaron varios libros con mapas que ubicaban Vilcabamba la Grande en Espíritu Pampa; y tal vez por influencia del error cartográfico de Raimondi en todos ellos la zona oeste de distrito se representaba con menor extensión de la que tiene en realidad.

Todos los investigadores habían llegado hasta Espíritu Pampa con mulas y caballos siguiendo el curso del río Concebidaioc; mientras que, de acuerdo con la documentación histórica, Hatun Vilcabamba estaba en un lugar inaccesible para los caballos de los conquistadores. John Hemming viajó hasta Choqqueqquirao y no llegó a visitar Espíritu Pampa pero a partir de los informes recibidos concluyó que este lugar debía ser considerado Vilcabamba la Grande, “A menos que alguien descubra otra ruina que concuerde exactamente con los detalles geográficos y toponímicos conocidos sobre Vilcabamba…”, afirmó en su más famoso libro. Este momento ha llegado.